Descubriendo la belleza del lago de Como

Como Responsable de desarrollo y coordinación de nuevas zonas en España, mi trabajo me ha enseñado a descubrir y encontrar lo bonito de cada región que visito, muchas veces con ojos nuevos. Definitivamente, el lago de Como es un destino para los amantes de los paisajes de postales y de los deportes. Sacia los ojos y puede cumplir con las expectativas de cada uno al ofrecer mucha variedad de actividades. Hoy os invito a conmigo durante mi escapada. 

Qué mejor que poder evadirse en la naturaleza, tanto mar como montaña. A pesar de poder disfrutar de muchos paisajes variados y de los Pirineos relativamente cerca durante todo el año, es algo que buscamos en todos nuestros viajes. Teníamos ganas de descubrir más de estos paisajes y mucha curiosidad por ver los lagos de los Alpes. Decidimos empezar por el más emblemático. Nuestras expectativas para este viaje: un clima templado, aguas serenas, montañas majestuosas, pueblos emblemáticos y cocina italiana. 

Elegimos quedarnos en un pueblo muy pequeño de la orilla, aun así cerca de los centros de actividades: Pognana Lario. Pudimos alojarnos disfrutando de vistas impresionantes y de un fantástico jardín con acceso directo al lago, verdadero remanso de paz. Despertar con estas vistas, disfrutarlas en el momento de la puesta del sol al volver de un largo día, cenar viendo todas las lucecitas de los pueblos vecinos o el ruido de cascada bajando de la montaña después de un día de lluvia, es de los recuerdos más relajantes con los cuales me quedo de este viaje.

Atardecer en Pognana LarioNos gustó disfrutar de la vida muy tranquila de este pueblo poco turístico comparado con los más famosos de la zona: ir a comprar en la tienda local charcutería y platos cocinados de calidad, disfrutar del café cada mañana con las vistas en uno de los pocos restaurantes y disfrutar de platos ricos para cenar en el mismo sitio, acogidos con la sonrisa ancha de la dueña.

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Además del clásico recorrido que se recomienda para descubrir el lago, nuestra idea era poder disfrutar también de la montaña que lo rodea. Saliendo directamente de nuestro alojamiento, sin necesidad de coger el coche, subimos a través del pueblo, pasamos al lado de su iglesia y sus instalaciones comunes con vistas impresionantes y siguiendo por calles pequeñas hasta llegar al sendero. La Strada Regia conecta varios pueblos del lago entre ellos y la aprovechamos para llegar al pueblo siguiente: Nesso, del cual disfrutamos su cascada y su famoso puente, sentados una tarde entera al sol en sus escaleras bajando al agua.

Una vista maravillosa del Lago de ComoOtro camino muy bonito de la zona, aunque más alejado es el Sentiero del Viandante. Recorriendo la parte oriental del lago, el Sentiero conecta también a varios pueblos de la zona, hasta Varenna, y ofrece una paleta de paisajes muy diferentes. Pasamos por bosques y prados, pudiendo perder nuestra mirada en el lago como y las cumbres de los Alpes.

Por supuesto no quisimos perdernos la arquitectura alrededor del lago, heredada de las grandes familias de los siglos anteriores. Desde Bellagio, navegamos hasta Varenna donde disfrutamos de las calles estrechas y coloridas, dignas de postales y visitamos los jardines de la Villa Monastero. Elegir desplazarse en barco por el lago es muy buena opción para reducir distancias y tener otra perspectiva de los paisajes.

Varenna

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De vuelta de un largo y caluroso día de visita, la mejor idea siempre fue aprovechar una des las playas del lago. Bañarse con calor en el agua fresca y vistas a las montañas tiene algo de magia para gente acostumbrada al mediterráneo.

De este breve viaje, sin duda, me quedo con los paisajes, el aire fresco y el sentimiento de vivir en una postal. Despertar cada mañana y tomar su café con este paisaje en su terraza: ver la inmensidad.